Salones subterráneos

Salones subterráneos

Oculta en el recibidor se encuentra la entrada a la zona más acogedora de las mazmorras. Este conjunto de salones, decorados con los estilos más dispares, constituyen una vía de escape para todos aquellos que quieren huir del bullicio de los niveles superiores, o desean llevar a cabo alguna reunión con un poco más de privacidad. Ni bien desciendas por la escalera, la primera sala que encontrarás será la sala menor, seguida por la sala mayor, y luego la sala moderna.

Situada al fondo del corredor, se encuentra la habitación en cuya entrada hay un cartel colgado que reza: 'Despacho de Jamie O'Donnell'. Por respeto a la visionaria antigua estudiante, ninguno de los que conoce la ubicación de esta sala ha querido quitarlo después de su muerte.

Sala menor

Se encuentra completamente alfombrada, y está ambientada con algunos sillones, una mesita y una bonita biblioteca.

En el extremo opuesto a la entrada, un enorme y particular espejo abarca todo el lateral de la pared. En él se ve reflejada la sala al completo. Los visitantes, sin embargo, no podrán ver su reflejo por más que lo intenten. Además, a veces se observan por él cosas que no puedes ver a simple vista por la habitación. Ese espejo es todo un misterio.

Sala mayor

Una preciosa puerta labrada de roble da el ingreso a la sala de mayores dimensiones de todo el conjunto. Es la más espaciosa y lujosa de las cuatro, con sus cálidas paredes blancas y sus mullidos y cómodos sofás. Una enorme alfombra con motivo otoñal se extiende por debajo del amoblado. Algunos arreglos florales que no parecen marchitarse y delicados adornos en porcelana, decoran las pequeñas mesitas que hay en todo el lugar.

Sala moderna

Tres de las cuatro paredes que encierran la habitación están pintadas de color blanco mate. El suelo de madera está cubierto por una elegante y extensa alfombra. Un sofá y varias butacas cubren el espacio.

La cuarta pared, pintada de naranja chillón, se encuentra repleta imágenes y escritos que los alumnos han ido colocando a lo largo de los años para dejar su marca. Fotos, trozos de periódicos viejos, de todo hay pegado allí.

Despacho de Jamie O'Donnell

En mejores tiempos el despacho se trató de un lugar amplio y elegante. Hoy, sin embargo, el polvo y las telarañas comienzan a ganar espacio desde que su dueña falleciera a manos de Theodore Worthington. Un mueble polvoriento se encuentra al fondo de la sala, y por todas partes se desperdigan un sinfín de artículos que Jamie dejó abandonados. Es muy probable que estén protegidos con algún encantamiento que podría enviarte a la enfermería si no tienes cuidado.