Ático y pequeña torre

Ático y pequeña torre

Al final del corredor en dirección a la inexistente ala este, una escalera recta con rígidos peldaños se abre paso para alcanzar la elevación este del edificio, mejor conocida como la pequeña torre, en que un gigante telescopio se dispone para servir a esas esporádicas clases nocturnas de astronomía. El destino de las escaleras de caracol dispuestas a cada lado de la lechucería acaba aquí, al menos de una. La que asciende hacia el ala oeste continúa enrollándose para acabar un piso más arriba, en el oscuro y descuidado ático que corona con su burda apariencia la cima de la arquitectura.

Ático

Muchos opinan que 'la cima' de Clevermont no debería tener esa apariencia, pero es que el ático conserva su personalidad en aquellas telas de arañas, ratas y madera carcomida.

Completamente solitario, puede hacer que te metas en problemas por el simple hecho de enfrentarte al peligro que supone caminar por sus tablas podridas y repletas de trampas para tus pies. Puedes entrar, pero camina con cuidado.

Pequeña torre

Es la única elevación del colegio que merece el nombre de torre. Es el lugar donde se dicta la asignatura de Astronomía, por lo que tiene grandes ventanales a través de los cuales los alumnos pueden colocar sus telescopios para observar el firmamento.

En el centro hay un telescopio gigantesco, cuya lente se ubica estratégicamente para observar sobre una gran abertura que hay en el techo. Tiene un encantamiento-alarma, así que no te acerques a él sin permiso.